La paciente es una niña nacida en Misisipi en 2010 y que ahora tiene dos años y medio. El equipo médico le suministró un tratamiento agresivo de antirretrovirales en las horas siguientes a su nacimiento. La pequeña ha pasado el último año sin medicamentos y sin que se hayan registrado señales de un virus activo.
Los investigadores creen que el caso del bebé de Misisipi demuestra que el VIH en bebés puede ser curable aunque se necesitan más pruebas para comprobar si el tratamiento utilizado funciona en otros niños. A pesar de ello, anticipan que este estudio cambiará la manera en que los pequeños y las madres infectadas son tratados en todo el mundo.
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